martes, 29 de agosto de 2017
Un paseo literario por las calles de Murcia
El último libro
del escritor murciano Paco López Mengual, Un
paseo literario por calles de Murcia (Tirano Banderas, 2016), es una
colección de historias a medio camino entre la realidad y la ficción que tienen
lugar esencialmente en las calles del centro de Murcia y cuyo objetivo, tal
como señala el autor en el epílogo del libro, es convertirse en “un nuevo
aporte para el disfrute de la ciudad”. De hecho, López Mengual apunta
en este epílogo algunas de sus posibles fuentes, ciertos cronistas y narradores
que le han podido servir de base para la configuración de las narraciones.
Estamos hablando de escritores murcianos como Pérez Crespo, Díaz Cassou, Jara
Carrillo o Martínez Tornel. No obstante, es evidente que el origen de algunas
de estas historias está enraizado en elementos transmitidos por la tradición
oral de generación en generación, por lo que es frecuente que en determinadas
ocasiones, ante la imposibilidad de certificar la narración, el escritor apele
a fórmulas de la tradición.
En este opúsculo, López Mengual ha
tratado de enlazar varias historias siguiendo un itinerario imaginado a través
de las calles principales de la ciudad. El callejero de Murcia diseña, pues, el
hilo narrativo, empezando en la plaza de Santo Domingo y terminando en la plaza
de Santa Catalina. López Mengual no abandona las calles del casco viejo porque
sabe que allí es donde anida el verdadero espíritu de la ciudad. En ocasiones,
el campo de acción se amplía, pues, evidentemente Antonete Gálvez, el Garibaldi
murciano durante la primera República, es un personaje de la mitología popular
cuyas actividades van más allá de las calles de Murcia. Del mismo modo, el
libro está repleto de digresiones, desvíos del autor, que cuenta la historia de
personajes singulares nacidos en Murcia o vinculados a la ciudad, que luego
extienden su vuelo por otros territorios (como el caso de los escritores Miguel
Espinosa, Jacinto Benavente y José Echegaray) o incluso por otros países (como
el caso de la actriz y bailarina Charo Baeza). A veces, el punto de partida es
una calle de Murcia pero el relato conduce al autor hacia otros lugares (como
el caso del famoso bandido Jaime el barbudo). Pero es precisamente cuando López
Mengual no sale prácticamente de la ciudad cuando el relato se torna más tierno
y emotivo, como si nosotros mismos estuviésemos participando de la historia. Y
entonces contemplamos a fray Vicente Ferrer lanzando una perorata en la plaza
de Santo Domingo mientras cuatro caballos atraviesan el gentío que ocupaba el
lugar, nos regocijamos pensando en los cuernos que tenía en la frente el
caballero que vivía en la calle Alfaro, pensamos en el triste destino de esa
mujer tan hermosa, denominada “la
Perla ”, ajusticiada públicamente tras haber asesinado a su
marido, o atravesamos la calle de Santa Teresa esperando ver en el balcón de la
casa Díaz Cassou el fantasma de la misteriosa Dama de Negro. Ni que decir tiene
que, después de leer este libro de López Mengual, he vuelto a pasar, como
cientos de veces, por los lugares que se mencionan en el relato. Y he de
confesar, con cierta nostalgia, que quizá mi mirada hacia esos lugares a los
que tanto amo haya cambiado.
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